Los secretos de la pintura y de un “joven caballero”

Hace unas semanas, se presentó al público el resultado final de la restauración de Joven caballero en un paisaje (c.1505) del pintor veneciano Vittore Carpaccio, obra adquirida por Heinrich Thyssen padre en 1935 de la prestigiosa colección Kahn y ubicada actualmente en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

Un montaje que coincide con el centenario del barón Thyssen, un año en el que se da a conocer su figura como gran coleccionista y que quiere agradecer y conmemorar su contribución decisiva al enriquecimiento cultural de nuestro país. Esto es, una muestra más de cómo el arte mejora a las personas y a los entornos donde se ubica

“Mi pasión por el arte me ha ayudado a superar momentos difíciles, tanto en mi vida privada como profesional. Esa pasión es más importante que cualquier otra cosa.”

Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza

La trascendencia que podemos experimentar acercándonos al arte está a nuestro alcance. Así fue en mi vida, comencé la carrera de Derecho, el error que hizo virar el rumbo de mi vida hacia el arte.Estudiar Bellas Artes sin recursos ni apoyo, fue la gran prueba para estar hoy contigo compartiendo lo que amo: la pintura. Sobre todo, lo que está oculto, lo que no es tan obvio o conocido: sus secretos. ¿Cómo pintaban los artistas, cómo era su proceso creativo?, ¿qué les llevaba a realizar un tema u otro, a escoger un color?, ¿cómo aprendían, qué utilizaban, cómo eran sus pinceles, sobre qué pitaban, cuáles eran las recetas maestras?

Como profesional que se dedica a curar las obras de arte, a reconocer si están enfermas, quiero lo más saludable para ellas y para vosotros. Como conservadora y restauradora de pintura, mostraros los secretos que entrañan las obras de arte enriquecerá lo poco o mucho que ya sabes.

Una obra de arte, decía Cesare Brandi, se caracteriza por una unidad que se refiere al todo. ¿Qué quiere decir? Que consta de dos valores esenciales: uno histórico, que documenta la historia de la humanidad, y otro estético, el logro del que combina los materiales empleados para conseguir la imagen estilística correspondiente a los valores de cada época. Ambas unidas, confieren a la obra una lectura, una unidad, una coherencia formal.

El artista veneciano corresponde así a un momento histórico y por tanto, estilístico. En un momento de declive político y económico de una súper potencia como era la Serenísima, se confronta una pintura de color brillante, luz resplandeciente y exaltación de la belleza que eleva la vista y el espíritu de quien contempla.

No es de extrañar que todo sucediera en este enclave portuario cosmopolita. Los pintores contaban con los mejores y más costosos pigmentos. También, un mayor contacto con el norte de Europa les permitió conocer la novedosa pintura al óleo. Y, aunque los lazos con Bizancio habían dejado un gusto persistente por los mosaicos de oro e iconos, estos artistas, competentes y sagaces, habían asimilado las innovaciones renacentistas florentinas.

Aunque no sabemos mucho de Carpaccio se da por seguro que estuvo en el entorno más adelantado e innovador, el de los Bellini.

“Joven caballero en un paisaje” es uno de los primeros cuadros de cuerpo entero de su época y aunque nos gustaría identificar al personaje, todos los intentos han sido fallidos. Es, ante todo, un retrato simbólico. La fauna y la flora que le rodea nos habla de la lucha entre el bien y el mal, un soldado de fe cristiana que pasa por diferentes pruebas, una especie de sortilegio acompaña al caballero.

Irá a la Galería Nacional de Washington para participar en la gran retrospectiva que el museo estadounidense dedicará al maestro veneciano. Antes, déjame contarte cómo afrontaban una obra los artistas venecianos, en qué consistió esa revolución que conocemos como “escuela veneciana”, cuál fue la huella de estos avances técnicos y estéticos, desde la Edad Media.

¿Te animas al reto?