El pintor era un artesano que solo cumplía con su encargo. Era, por tanto, el contratista (el cliente o mecenas) quien tomaba las decisiones: elegía el tema, la composición e incluso los materiales que debían emplearse hasta el punto que en la terminología medieval mecenas era sinónimo de “diseño”.
Durante el s.XIII algunas ciudades de Flandes experimentan un renacer económico gracias a la producción de tejidos de lana que conquistarán el mercado mediterráneo. Brujas será el centro comercial de los paños flamencos, ciudad de mercaderes y banqueros. Se irán conformando una serie de familias ricas con aspiraciones hacia una mayor calidad de vida que incluya el culto a las telas vistosas, objetos de lujo y obras de arte para la devoción privada.
¿Quieres ver una obra donde podemos ver estos matices? Seguramente te suene esta famosa pintura “El matrimonio Arnolfini” realizada por Jan Van Eyck. Hábil y diestro maestro conformará uno de los talleres más grandiosos del momento donde acudirían los mejores clientes de la ciudad. Su taller rezuma de encargos privados, ya sean religiosos ya sean de retrato, el género que mayor esplendor cobra en ese momento.
El importante banquero y mercader de la Toscana llamado Giovanni Arnolfini ocupa la escena central junto a su esposa Giovanna. Sus ropajes y ademanes delatan una forma de vida acorde con el hogar que muestran. Nada queda descontextualizado de una compleja simbología en la que no entraremos. Seguramente hayamos notado algo totalmente diferente a la obra anterior sobre fondo dorado, y es que se prescinde de éste. ¿Las razones? Un cambio de vida, por tanto, un cambio de aspiraciones a las que el pintor se adecua.
La vida es progreso. Uno de los que se dan en este momento es en la forma de pintar. Es el momento de transición del temple al óleo. ¿Puedes leer la cartela del matrimonio Arnolfini? Toda cartela presenta la información básica, título de la obra, autor, año de ejecución, técnica pictórica y propietario (bien pertenece a un museo o a un coleccionista).
Estos datos pueden ser entendidos por todos. Seguramente, el de la técnica, no tanto. Veámoslo.
Cuando hablamos de técnica nos referimos al medio por el que el pigmento, es decir, la materia colorante, una vez molido es mezclado con una sustancia que lo aglutine, lo envuelva y lo convierta en pintura que se extienda sobre el soporte. Para esto, el aglutinante debe ser flexible, inerte como son los temples ( pigmentos aglutinados en sustancias solubles en agua como la cola animal o el huevo) o los óleos (pigmentos aglutinados con aceites secantes)
Es curioso cómo se atribuye a Jan Van Eyck y su hermano Hubert el descubrimiento de la pintura al óleo. Esto ha sido una de las más grandes leyendas de la historia del arte. Lo que realmente supieron hacer fue utilizar aceites que secaban bien, como el de linaza, el de nueces o el de adormidera y mejoraron la manera de prepararlos y mezclarlos con los colores hasta conseguir este resultado que vemos en las obras, ricas de color brillante.