Picasso tuvo otra fortuna. Don José, el padre de Picasso, es pintor y profesor de dibujo de la Escuela Provincial de Bellas Artes de Málaga, además de director-conservador del Museo Municipal de la ciudad, especializado en la decoración de comedores.
Antes de cualquier otra palabra, se dice que Picasso aprendió a decir «lápiz» incluso antes de que fuera capaz de caminar para buscarlo. Tanto Sorolla como Picasso reconocieron durante su infancia cuál era su elemento, con qué fluye la forma natural del ser.
Don José lo lleva desde que es muy pequeño, y le transmite su pasión por la plaza de toros, siempre clamorosa, vibrante.
A los 8 años, Picasso pinta en óleo sobre madera su primer cuadro conocido que conservará toda su vida


Picasso vivía en la plaza de la Merced, está poblada de plátanos donde anidan miles y miles de palomas. Su padre le animaba a pintarlas, le presta sus pinceles, empieza por dejarle pintar las patas de las palomas.